El mundo comienza a prepararse para probar la posible vacuna infantil contra el COVID-19, mientras que todavía la vacuna de adultos presenta dificultades.
Hasta ahora la prioridad de una vacuna para frenar el coronavirus se ha centrado en los adultos, pero sin duda se requerirá vacunar a los niños también. Hasta ahora los grupos con baja vulnerabilidad son los que al mismo tiempo representan la posibilidad de portar el virus y transmitirlo siendo asintomáticos.
Es por eso que en Estados Unidos ya hay preocupación de no tener vacunas infantiles para niños que la necesitarán antes de iniciar el próximo año escolar.
Pfizer inició pruebas de vacuna infantil contra el COVID-19
Pfizer Inc. recibió la autorización para probar su vacuna en niños estadounidenses de 12 años en adelante. PEro apenas significa uno de varios intentos en el mundo que se abren a estas pruebas.
“Simplemente dilucidé que entre más gente tengan para realizar las pruebas, más rápido pueden sacar una vacuna y la gente puede estar segura y saludable”.
Eso comentó Katelyn Evans, de 16 años, quien se convirtió en el primer adolescente en recibir una inyección en el estudio de Pfizer, en el Hospital Infantil de Cincinnati.
Mientras tanto, estudios pediátricos apenas empiezan a surgir en China, de la mano de Sinova y SinoPharm, que trabajan en niños de 3 años en adelante. En Estados Unidos, Moderna Inc, Johnson & Johnson y Novavax tienen esperanzas de empezar con las investigaciones en los próximos meses.
Al momento AstraZeneca es el que más se ha acercado a la posibilidad de usar la misma vacuna de adultos pero en pequeñas dosis en niños. No obstante, aseguran que no reclutarán a menores hasta que tenga “suficientes" datos de seguridad en adultos. Esta semana se alejó esa idea luego de la muerte de un voluntario brasileño de la vacuna del laboratorio junto con Oxford.
Vacuna infantil no puede ser la misma que usarán adultos
Los científicos han tratado de explicar por qué las vacunas experimentales de adultos no se pueden usar en los niños. Para ello, los experimentos en adultos deben ser exitosos.
Entre las múltiples vacunas potenciales en fase final se espera que en los próximos meses se logre conocer si alguna es suficientemente segura y efectiva. Hasta que eso no pase es improbable que se recomiende usarlas en niños. Ls vacunas no pueden administrarse a menores sin haber sido probadas en su grupo de edad.
El gran problema es que el 10% de los casos de COVID-19 registrados en Estados Unidos han sido en niños. Por otro lado, si bien enferman menos gravemente que los adultos, cerca de 120 menores han fallecido en el país a causa de la enfermedad, de acuerdo con la Academia Estadounidense de Pediatría. Eso es más o menos la cantidad de niños que fallecen por influenza en un año promedio. Además, un pequeño número de menores ha desarrollado un grave problema inflamatorio vinculado con el coronavirus, lo que nos deja a medio camino en el logro de una solución a corto plazo.
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