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El Santo Cristo del Atentado en la Basílica de Guadalupe. (Foto Archivo Histórico del Excélsior)

Este 14 de noviembre se cumplen 100 años del atentado en la Antigua Basílica de la Ciudad de México, en el que un Cristo salvó a la Virgen de Guadalupe tras la explosión de una bomba de dinamita colocada en el altar.

A las 10:30 am del 14 de noviembre de 1921, la bomba estalló en el altar, dañando las gradas del altar y los candeleros de latón.

Frente al altar de la Virgen de Guadalupe estaba el Cristo Crucificado, hecho de hierro y bronce y con un peso de 34 kilos.

Tras la explosión, el Cristo Crucificado se retorció y cayó al piso tras absorber todo el impacto.

La histórica imagen de Nuestra Señora de Guadalupe no sufrió ningún daño, tampoco el vidrio que la protegía.

Foto del Archivo Histórico de Excélsior.

El impacto fue totalmente para el Cristo Crucificado que cayó hacia atrás, totalmente doblado.

'Cristo recibió toda la descarga, defendió a nuestra madre, y nos la volvió a dar, como un día hizo en el cerro del Calvario y aquí nos la dio con Juan Diego, y nos la vuelve a dar hace cien años', dijo al diario Excélsior, Luis Felipe García Álvarez, canónigo del Cabildo de Guadalupe.

'No estoy celebrando el atentado, estoy celebrando el triunfo sobre el atentado, así como no celebro la muerte, yo celebro la Resurrección', comentó el sacerdote.

Las causas del atentado en la que un Cristo salvó a la Virgen de Guadalupe

El atentado fue a causa de la tensión que se vivía entre el gobierno de Álvaro Obregón y la jerarquía católica de México.

Obregón, uno de los máximos caudillos de la Revolución Mexicana, era totalmente anticlerical.

Su gobierno inició la persecución religiosa que derivaría en la Guerra Cristera de 1926 ya bajó la presidencia de Plutarco Elías Calles.

El día del atentado, un supuesto trabajador de la Basílica caminó hacia el altar y colocó un gran ramo de flores.

Solo pasó un momento antes de que la explosión retumbara en el recinto religioso.

Los fieles que se encontraban ahí buscaron rápidamente a la persona que puso las flores para lincharla tras el atentado.

Periódicos de la época dicen que los testigos interrogados dijeron que el autor del suceso había sido un hombre “de semblante descompuesto” que quiso salir rápido tras la explosión.

Un grupo de mujeres señaló a un hombre de aspecto pálido y excitado.

La policía atrapó a Luciano Pérez, un ferrocarrilero. Sin embargo, una llamada del presidente Obregón evitó el linchamiento.

Los diarios de ese entonces señalan como responsable a Obreg+on por su animadversión a la Iglesia.

Siete años después del atentado, un activista de la Asociación Católica de la Juventud Mexicana (ACJM), asesinó a tiros a Obregón en el restaurante La Bombilla de la Ciudad de México.

El Cristo Crucificado se encuentra en la actual Basílica de Guadalupe a la vista de todos.

Justo a la entrada de la puerta central de la Basílica de Guadalupe, del lado derecho, se encuentra la reliquia del Santo Cristo del Atentado y hay una reseña del acontecimiento histórico.

Periodista egresado de la Escuela de Periodismo Carlos Septién García en México y con 17 años de experiencia. Amante de los viajes y las historias que de ellos emanan. Un buen libro, una buena película...