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Aida Luz lleva 16 años de su vida dando clases. (Foto: captura)

La pandemia de coronavirus nos ha dejado varias historias de personas que el amor y la vocación por su trabajo les impide renunciar para quedarse en casa. Un claro ejemplo son los médicos. Pero también hay maestros como Aida Luz Careaga Durán, que incluso destina parte de su salario para que sus alumnos puedan asistir a clases.

Profesora de "religión y valores" en Bolivia, Careaga Durán estaba convencida de que sus alumnos no tenían el mismo rendimiento en clases en línea como en las clases presenciales, razón por la que, con su propio dinero, mandó a construir una especie de cubos distanciadores y protectores que se amoldan a los pupitres de sus estudiantes.

"Cuando uno ama su profesión puede hacer miles de cosas. No me interesa cuánto haya gastado, sino que mis niños puedan aprender", aseveró Aida Luz a RTP.

Aida cubículos están hechos de madera y nylon, un material más accesible y menos peligroso que el vidrio, pero que cumple con las medidas sanitarias para resguardar a cada uno de sus estudiantes.

Los principales motivos que llevaron a la profesora a invertir en los cubículos fue su teoría de que en los alumnos deben de estar en el salón de clases con el profesor y ser observados para asegurarse si ponen o no atención a la clase. Así como asegurarse de que hayan aprendido la lección.

Además, Aida asegura que asistir a la escuela es mucho más sano para los niños en su desarrollo debido a que aumenta el autoestima y su estado de ánimo al saber que van a convivir con sus compañeros.

Careaga Durán, quien lleva 16 años educando, no quiso revelar cuánto dinero destinó a las modificaciones de los pupitres de sus alumnos. Únicamente se limitó a decir que el ver a sus estudiantes regresar paulatinamente a clases, aprender y convivir entre ellos, no tiene precio.

Egresado de la carrera de Comunicación y Periodismo en la Facultad de Estudios Superiores Aragón, UNAM. amendoza@lanoticia.com