El 10 de marzo de 2018 las vidas de Ángel y Mayela cambiaron para siempre.
Los síntomas de la menor de edad no eran para nada alentadores y el resultado de los estudios confirmó los pronósticos.
Mayela fue diagnosticada con leucemia mieloide aguda, un tipo de cáncer de la sangre.
“Fue una experiencia horrible, agotadora, una experiencia que no le deseo a nadie, porque tuvimos 4 meses sin una mínima esperanza de vida para mi hija”, dice a La Noticia.
“Fue quimio tras quimio; terapia tras terapia y los resultados eran los mismos y los mismos y la niña no mejoraba”.
Los doctores en su natal Puerto Rico no auguraban lo mejor para la pequeña.
Pero Ángel no se quedó de brazos cruzados.
“Una persona que conocemos y que tiene una niña también, nos contó de las buenas experiencias que había tenido”, dice con una sonrisa que refleja su inagotable fe.
Una luz de esperanza en St Jude
La familia de Mayela ya sabía del prestigioso St Jude Children’s Research Hospital de Memphis, Tennessee.
Pero conforme descubrían sus beneficios gracias a esas experiencias positivas, se reavivaba su fe.
“Por lo menos yo conozco a St Jude desde que tengo uso de razón; desde siempre por la televisión y los anuncios”, recuerda.
“¿Cómo llegué a St Jude? Realmente fue por un referido”.
Y así, todo comenzó con una llamada que se transformó en apoyo inmediato.
Los médicos de Mayela en Puerto Rico recibían instrucciones desde St Jude para sus cuidados hasta que fue trasladada.
Ocurrió el 5 de julio de 2018, es decir, solo 117 días después de que se supo de su problema.
“Mi experiencia en St Jude, aunque por una situación grave, fue súper espectacular; una esperanza de vida, son tantas cualidades bonitas que tienen”, comenta.
“Desde que vieron que ellos no daban pies con bola —como uno dice en Puerto Rico—, que no recibían buenos resultados acá ellos se contactaron con St Jude y St Jude fue llevándolo hasta el momento dado en que fue decir ‘bueno, mándalos pa’cá que nosotros los vamos a sacar de ahí”.
Ayuda total que devuelve a la vida
“Nosotros no tuvimos que gastar un solo penny de verdad que ni un solo centavo, desde la montada en el avión hasta el regreso a Puerto Rico de su mejoría nosotros no tuvimos que pagar nada, nada”.
“Todo fue comida, hospedaje, los medicamentos, tratamiento, todo lo que tenga que ver en relación a mi niña todo fue gratuito”.
Fueron largos días de espera, pero sobre todo, de una convicción impulsada por el amor.
“Se debe tener muchas paciencia y fe en Dios, siempre confiar en los médicos —me refiero a los que están en St Jude— y solamente velar por la mejoría de esos niños que están ahí porque el otro proceso lo harán los médicos”, señala.
St Jude es líder a nivel mundial para entender, tratar y vencer el cáncer infantil.
Además de otras enfermedades pediátricas que amenazan la vida.
Por lo que casos como el de Mayela solo son idóneos para ser tratados en un lugar tan especializado como este.
Y así, ocurrió el milagro.
'Recibimos la gloria'
“¡Wow! Ese momento fue esperanzador, nosotros cuando recibimos esa noticia fue como que recibimos la gloria”, describe Ángel sobre el instante en que los doctores le informaron sobre la posibilidad de salvar la vida de la menor.
“Primero que nada le dimos las gracias a Dios porque fue nuestro enfoque, fue nuestro pilar, pero una vez que St Jude llegó a decirnos que sí puede haber probabilidad (de salvarse), de que sí puede haber mejoría para mi hija de verdad vi una esperanza grande”,
“Fue tan fuerte al extremo que le dije a mi esposa que le debemos, lo que pase de aquí en adelante, todo se lo debemos a papito Dios y sobre todo a St Jude, so, agradecido por la esperanza de vida que nos dieron y cumplirlo”.
Padre le volvió a dar vida
Mayela fue sometida a un trasplante de médula ósea en agosto de 2018, y su papá fue el donante.
“Es una parte muy bonita, es la parte hermosa de esta situación”, dice.
“Yo fui donante de médula ósea de mi niña y el proceso fue cómodo, doloroso no puedo decir que lo es porque cuando es para salvar vidas y darle vida a otra persona o yo a mi hija, el dolor no me preocupó, pero el proceso fue muy rápido”.
“Fue cómodo, algo sencillo, acogedor que realmente el proceso fue satisfactorio, de verdad sí”.
Ahora, un lazo aún más fuerte lo une con su hija.
“Lo que me motiva a mí a seguir hacia adelante es el amor, el amor de verdad que uno tiene a los hijos, lo tengo yo por Mayela”, asegura.
“Me motiva a seguir adelante y buscar su mejoría en salud, económico, el motor de mi vida es ella; es algo inexplicable y aún van pasando días el amor es más grande y más grande, el amor que ellos nos brindan es incondicional”.
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