El ataque de las fuerzas armadas de Rusia a las instalaciones militares de Ucrania prendió las alarmas en todo el mundo al enfrentarse a la posibilidad de una nueva guerra.
Pero hace 31 años, Rusia y Ucrania eran parte de un mismo país y un mismo régimen, el de la otrora poderosa URSS que dejó de existir.
La Unión de Repúblicas Soviéticas Socialistas fue un estado que comenzó su régimen en 1922 y dejó de existir como tal en 1991.

En su momento fue el país más grande del mundo con 22,402,200 kilómetros cuadrados, extendiéndose desde los mares Báltico y Negro hasta el Océano Pacífico.
Tuvo su origen al final de la Revolución Rusa, cuando los bolcheviques, liderados por Nicolás Lenin, derrotaron a los mencheviques y acabaron con lo que quedaba del Imperio Ruso de los zares.
En ese entonces, el territorio controlado por los socialistas incluía 15 naciones más aparte de Rusia.
Armenia, Azerbaiyán, Bielorrusia, Estonia, Georgia, Kazajistán, Kirguistán, Letonia, Lituania, Moldavia, Tayikistán, Turkmenistán, Ucrania, Uzbekistán y Rusia integraban la URSS.
La URSS y el año que dejó de existir
A finales de los 80 llegó a la presidencia de la URSS Mijaíl Gorbachov, y con él vinieron una serie de reformas estructurales de la URSS.
Gorbachov implementó las políticas de Glásnost (Apertura) y Perestroika (Reestructuración).
Esas reformas aceleraron el cambio en la URSS y terminaron por desencadenar su desmembramiento.
La economía de los pueblos de la URSS se fue a pique como resultado de las reformas estructurales.
Eso llevó a que los líderes regionales de las Repúblicas de la Unión no rusas, entre ellas Lituania y Ucrania, pidieran su independencia de Moscú.
En diciembre de 1988 frente a la ONU, Gorbachov anunció una reducción unilateral de las fuerzas armadas soviéticas y la retirada de miles de tanques provenientes de Europa del Este.
Tres años después, Gorbachov presentó su renuncia a la presidencia de la URSS.
El resto de los países que la integraban se volvieron independientes en ese 1991, incluida Ucrania.