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A los 13 años, Emily Francis vivía en un refugio construído a mano y criaba a sus hermanos menores en las afueras de la Ciudad de Guatemala.

Treinta años después, su vida es muy distinta. Tras un largo y a veces peligroso viaje, Francis ahora enseña inglés como segundo idioma en la escuela Concord High School, del condado de Cabarrus, Carolina del Norte.

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En su nuevo libro, “If You Only Knew: Letters from an Immigrant Teacher”, cuenta su historia y habla directamente a los estudiantes inmigrantes que viven experiencias similares.

“Siento que estas cartas son una especie de sistema de navegación”, dijo Francis. “Esa es mi idea, que los estudiantes logren encontrar un espejo. Un espejo donde diga, me veo a mi mismo, veo mi familia, veo a mi madre, veo los sacrificios que mi familia ha hecho para yo poder lograr lo que yo quiera en Estados Unidos.”

Las cartas son algo que Francis dice que hubiera deseado recibir cuando ella llegó a Estados Unidos como una adolescente perdida.

“Los estudiantes deben saber que luché para superarlo, que abandoné la escuela secundaria, que no lo logré hasta que me esforcé. Una vez que los estudiantes saben eso, saben que pueden acudir a preguntarle: '¿Cómo puedo hacer esto?'”, dijo Francis. “Comparto mi historia con ellos porque no quiero que piensen que esta ruta para convertirse en maestra fue pan comido”.

Emily Francis con su madre
Emily Francis, a la derecha, abraza a su madre, Leslie Bonilla, quien trajo a su familia de Guatemala a los Estados Unidos hace casi 30 años. - Foto: Enviada por Emily Francis

Francis asumió muchas responsabilidades desde joven. Apenas era una adolescente cuando su madre se fue de Guatemala a Estados Unidos para trabajar y ganar dinero para la familia. En ese momento, el concepto de criar a sus hermanos menores no era nuevo para Francis.

“Con mi mamá no estando en casa, yo tenía la responsabilidad de ayudar a mis hermanitos, a cambiarles la ropa, bañarlos, ayudarles con la escuela y eso puso mucha dificultad para yo tener más diversión como niña, ¿no? Crecí muy rápido”, dijo. 

“Estaba emocionada porque sabía que mi mamá se iba a un país donde tendría la oportunidad de trabajar y enviarnos dinero… pero triste a la vez. No teníamos ese modelo a seguir, que nos dijera qué hacer, que nos guiara”.

Aferrada a la esperanza y el viaje a Nueva York

Durante dos años, Francis y sus hermanos vivieron en una estructura que construyeron en el patio de un vecino. El dinero que su madre enviaba a casa era su salvavidas, para comprar artículos esenciales como comida y zapatos. Ese periodo fue cuando Francis comenzó a escribir cartas.

No había Facebook, no había Instagram, no había FaceTime, pero había cartas. Y día tras día nos comunicábamos a través de letras, diciéndonos 'vas a seguir adelante, lo vas a lograr'. Y así fue como nos logramos comunicar y conocer más acerca de una a la otra”, dijo Francis.

Sus cartas estaban entre los artículos esenciales que Francis guardó en una mochila a los 15 años, durante un viaje de dos meses, dirigido por un “coyote” desde Guatemala a Nueva York.

“Me acuerdo en las noches, yo esperaba que [mis hermanas] se durmieran y una vez estaban dormidas, yo me quedaba dormida también. O sea, había un miedo constante día tras día. ‘¿Me voy a despertar mañana?’ Esa era la pregunta, ¿no? Pero al mismo tiempo la esperanza”, dijo.

Emily Francis con sus estudiantes en Concord High School
Emily Francis, a la derecha, eligió trabajar con estudiantes de inglés de secundaria porque se identifica con sus historias. - Foto: Enviada por Emily Francis

Como maestra, quiere que los estudiantes inmigrantes entiendan que no están solos en sus experiencias. Cada carta de su libro está dedicada a un estudiante diferente, con sus nombres cambiados, como este extracto para Jaime:

Cuando me dijiste esta mañana que ibas a faltar a clase mañana porque ibas a sacarte una foto para tu pasaporte de Estados Unidos, no sé quién de nosotros estaba más emocionado. Bueno, tú, por supuesto. Pero yo era un segundo cercano. Celebramos y vitoreamos en mi salón de clases. Y ahora, horas después, sigo celebrando por ti. Sé lo asustado que has estado durante los últimos meses, preguntándote si te enviarían de vuelta a Guatemala. Pero ahora sabes que estás a salvo. Y no podría estar más feliz y orgullosa de ti.

Traducido del libro "If You Only Knew: Letters from an Immigrant Teacher"

A lo largo de los años, Francis ha aprendido a valorar las historias de los inmigrantes, sus raíces culturales y los sacrificios hechos por la familia.

Sus cartas, nuevas y antiguas, se han convertido en un símbolo de la gratitud de Francis por su madre. Todavía conserva aquellas cartas que la acompañaron hace tantos años cuando era adolescente en Guatemala.

“Tengo esta hermosa carpeta y cuando todos nos reunimos, leemos las cartas. Lloramos, reímos, decimos '¡¿Qué?! ¿Le dijiste eso a mamá?’ Es increíble volver y ver las cosas por las que pasamos durante esos dos años mientras ella no estaba con nosotros”, dijo Francis.

Cuando Francis le dio a su madre una copia del libro, ella incluyó una dedicatoria personal.

"En mi nota para ella estaba: 'No habría historia si no fuera por usted'. Este libro no existiría si no fuera por ella, por su fuerza, sus ideas, todo lo que hizo”, dijo Francis. “Entonces, le agradezco por todo lo que ha hecho, para que yo pueda decir ahora: ‘Tu hija es autora'”.

El libro está disponible actualmente en inglés. Francis espera publicar una versión en español a futuro. 

Esta historia fue producida mediante una colaboración entre WFAE y La Noticia. Puedes leerla en inglés en WFAE. This story is available in English on WFAE.

Kayla Young es periodista del programa Report for America. Cubre temas de inmigración y la comunidad latina para WFAE y La Noticia. Estudió periodismo en la Universidad de Texas en Austin.