Un expolicía nacional hondureño que cooperó con una organización criminal para traficar droga desde ese país ha sido condenado a más de una década en la cárcel.
Juan Manuel Ávila Meza, de 50 años, usaba su posición como policía nacional para filtrar información a Los Cachiros, una banda criminal que trafica cocaína y está relacionada con militares, políticos y policías.
Brindó información confidencial sobre las fuerzas del orden a los miembros de Los Cachiros para permitirles sus operaciones de tráfico, y negoció reuniones con otros funcionarios corruptos para facilitar el lavado de dinero y el tráfico de cocaína,
informó el fiscal del Distrito Sur de Nueva York, Audrey Strauss.
Strauss detalló que el expolicía hondureño cooperó en operaciones de tráfico de cocaína desde Honduras a Estados Unidos.
Ávila Meza ya se había declarado culpable ante la jueza de distrito, Lorna G. Schofield, por los cargos en su contra y ahora recibió una condena de 12 años en prisión por los delitos.
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La Administración para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) indicó que el caso del expolicía hondureño está relacionado con el de Fabio Lobo Sosa, quien es hijo del expresidente hondureño, Porfirio Lobo Sosa, y cumple una condena de 24 años de cárcel en Estados Unidos.
En el caso está involucrado el hermano del actual presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández.
En febrero de 2014, Ávila Meza ayudó a organizar y asistió a una reunión entre uno de los líderes de Los Cachiros y Juan Antonio Hernández Alvarado, también conocido como "Tony Hernández", otro importante narcotraficante condenado que es hermano del actual presidente hondureño Juan Orlando Hernández,
reseñó la DEA en una nota de prensa.
En junio de 2014, Ávila Meza se reunió con otros seis miembros de la Policía Nacional de Honduras, con Fabio Lobo Sosa, el ahora condenado hijo de Porfirio Lobo Sosa, el presidente hondureño que precedió a Juan Orlando Hernández y dos fuentes confidenciales de la DEA que supuestamente eran miembros del Cártel de Sinaloa,
detalló la DEA.
Otros seis exmiembros de la policía hondureña han sido condenados por su relación con delitos como el tráfico de droga, tráfico de armas y declaraciones falsas.