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Un reciente estudio del Urban Institute revela que, si bien el promedio de la riqueza aumentó para todos los hogares estadounidenses en los últimos años, las desigualdades económicas persisten y se agravan. Las familias afroamericanas, latinas y blancas en Estados Unidos sumaron más dinero entre 2019 y 2022, según el informe. El problema es que algunos tuvieron más que otros.

La investigación, basada en datos de la Encuesta sobre Finanzas del Consumidor y otras fuentes, revela una tendencia: mientras algunos acumulan más riqueza, otros se quedan atrás, exacerbando las brechas económicas y raciales en el país.

¿Quiénes se benefician más del crecimiento económico?

Lo obvio que parece ser una tendencia a lo largo del tiempo es que los ricos son más ricos y los pobres más pobres. Ciertamente, el estudio evidencia que, a pesar del aumento generalizado de la riqueza, esta tendencia favorece desproporcionadamente a las familias más acaudaladas.

Sin embargo, los que están reduciéndose son los grupos socioeconómicos en un nivel intermedio. El análisis indica que a lo largo de seis décadas se observa una transferencia significativa de riqueza desde la clase media hacia las élites financieras. Las familias más ricas, que en 1963 tenían 36 veces la riqueza de las familias promedio, ahora poseen 71 veces más.

¿Cómo afecta la raza y la etnia a la distribución de la riqueza?

Las disparidades raciales y étnicas son notorias. Para el año 2022, la riqueza promedio de las familias blancas triplica la de las familias afroamericanas y latinas. Esta brecha se amplía con la edad, siendo más pronunciada entre generaciones más recientes.

En 2022, la brecha de riqueza entre familias blancas frente a las afroamericanas y latinas superó los $1.4 millones.

El género también representa desafíos en la disparidad

Los datos revelan que las disparidades salariales a lo largo de la vida laboral contribuyen a ampliar las brechas de riqueza y también fortalecen la inequidad racial. Los hombres blancos acumulan significativamente más ingresos ($2.9 millones a lo largo de su carrera) que sus contrapartes negros ($1.8 millones) y latinos ($1.7 millones).

Entretanto, las mujeres, independientemente de su raza u origen étnico, enfrentan desafíos salariales persistentes y una menor acumulación de riqueza respecto a los hombres. Pero, entre ellas hay diferencias. Mientras un mujer blanca gana $1.7 millones a lo largo de su carrera, una de color obtuvo $1.3 millones y una latina recoge $883,000.

Los que más tienen acceden a más beneficios

El estudio también destaca las políticas fiscales y de vivienda discriminatorias que perpetúan la desigualdad económica, marginando a las comunidades de color y favoreciendo a las familias blancas en términos de herencias, ahorros para la jubilación y acceso a subsidios federales.

Los blancos, por ejemplo, tienen casi cuatro veces más probabilidades de recibir una herencia en comparación con los de color; y unas cinco veces más que los latinos. Esto no es lo único que les permite poner un techo sobre su cabeza, ya que este grupo racial se beneficia de tasas de propiedad de vivienda inferior a las de otros grupos. Sin embargo, los afroamericanos son los únicos que mantienen una tasa inferior al 50 %.

Debido a las brechas salariales, también a las familias afroamericanas y latinas e incluso a las asiáticas se les dificulta sumar ahorros para la jubilación en comparación con las familias blancas. En 2022, los más acaudalados tenían alrededor de $260,000 más para la jubilación que los grupos desfavorecidos. Caso similar se refleja en las posibilidades de ahorrar para emergencias.

Irónicamente, las políticas fiscales federales favorecen poco a las familias con bajos ingresos. Esto se debe a que la mayor parte de los subsidios fiscales para la vivienda y la jubilación van a los contribuyentes que generan más dinero, haciendo que las personas de la clase media y baja ––especialmente afroamericanas y latinas–– obtengan menos ayuda por sus ingresos reducidos.

Lic. en Comunicación Social. MBA en Mercadeo. CEO de Link BTL. Disfruto de leer y escribir. Soy madre y esposa agradecida con la vida. jgimenez@lanoticia.com