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“Mi inspiración más grande son mis padres. Ellos no han tenido una vida fácil, pero siempre me han enseñado a seguir luchando por mis sueños”, asegura Astrid. (Foto: cortesía de Astrid Ramírez)
“Mi inspiración más grande son mis padres. Ellos no han tenido una vida fácil, pero siempre me han enseñado a seguir luchando por mis sueños”, asegura Astrid. (Foto: cortesía de Astrid Ramírez)

Astrid Ramírez llegó a Estados Unidos hace seis años desde Carabobo, Venezuela, sin saber hablar inglés. Sin embargo, en poco tiempo superó la barrera del idioma y ahora está un paso más cerca de cumplir su sueño de ir a la universidad y estudiar diseño gráfico.

“Estoy por comenzar mis estudios universitarios en Queens University of Charlotte. Nunca imaginé tener esta oportunidad de seguir estudiando, por lo cual estoy muy agradecida y emocionada”, dice Astrid a La Noticia.

Nuevo hogar, nueva escuela, nuevo idioma

Astrid Ramírez es la hija menor de cuatro hermanos. Hace seis años, emigró con su familia a Estados Unidos en busca de nuevas oportunidades. La transición no fue fácil para la familia de Astrid, ya que tuvieron que dejar atrás a sus seres queridos y todo lo que conocían para poder buscar un mejor futuro.

Al ver los sacrificios de sus padres y su determinación de salir adelante, Astrid se propuso encontrar maneras de seguir estudiando y eventualmente ir a la universidad. Graduarse es de suma importancia para ella, según comenta, porque así podrá darles una vida estable y sin preocupaciones a sus padres y a su familia en Venezuela.

“Mi inspiración más grande son mis padres. Ellos no han tenido una vida fácil, pero siempre me han enseñado a seguir luchando por mis sueños. Por eso mi meta más grande es convertirme en alguien en la vida para ayudarlos y que se sientan muy orgullosos de mí”, dice Astrid.

Superando la barrera del idioma

Cuando Astrid llegó a su nuevo hogar, recuerda que pasaba mucho tiempo traduciendo sus tareas del inglés al español. Recuerda que se sentaba en clase sin comprender lo que los maestros decían. Así que fue colocada en una clase especial.

“No me gustaba pedir ayuda porque sentía que estaba molestando a mis compañeros y tomando mucho de su tiempo, así que prefería hacerlo todo yo”, comenta Astrid. 

Astrid se propuso aprender inglés y adaptarse a este nuevo sistema educativo. Buscó diferentes maneras de aprender inglés, como ver programas de televisión, escuchar música y leer.

Finalmente, logró tomar el examen de inglés en el octavo grado, a solo un año de haber llegado a Estados Unidos. Al aprobar este examen, pudo tomar clases con el resto de sus compañeros.

“El haber pasado mi examen de inglés fue un gran logro porque ahí supe que si me proponía algo, lo iba a lograr con mucho esfuerzo”, comenta Astrid.

Ante cada problema, una solución

Con el paso del tiempo, Astrid descubrió que no podía tener las mismas oportunidades que el resto de sus compañeros. No podía solicitar becas o ayuda financiera para ir a la universidad.

“Recuerdo que muchas veces veía que mis profesores comentaban sobre becas para solicitarlas, pero nunca les prestaba atención porque sabía que no iba a poder obtenerlas. Esto me ponía muy triste porque pensaba que no iba a poder seguir estudiando”, dice Astrid.

Además de no tener acceso a ayuda financiera, el costo de la universidad sería tres veces más cara que para un estudiante promedio, porque ella era considerada estudiante de fuera del estado.

La llegada de COVID-19 fue un desafío adicional para Astrid, ya que por su naturaleza le gustaba interactuar con otras personas. Se unió a varios clubes donde se reunían por Zoom. Durante estas sesiones, conoció a personas con historias similares a la suya, lo cual le dio esperanza para seguir persiguiendo su sueño.

Adicionalmente, consiguió una mentora que le ayudó a entrar a Cato Middle College, donde pudo estudiar y obtener créditos universitarios mientras hacía la escuela secundaria. Esto permitió que Astrid obtuviera su título asociado en artes, antes de comenzar la universidad. Con la ayuda de la mentora, aprendió cómo hacer las solicitudes a la universidad y buscar becas para las cuales podría ser elegible.

“Me dieron una mentora que me ayudó con los detalles de la beca Golden Door Scholar. Al principio no le tomé mucha importancia porque sentía que no la iba a ganar, pero gracias a Dios sí la gané”, dice Astrid.

Un paso más cerca de su sueño

La beca Golden Door Scholar está diseñada para ayudar a estudiantes indocumentados, con TPS o DACA, a seguir estudiando en la universidad.

Gracias a esta beca, Astrid busca obtener su título en diseño gráfico en la universidad de Queens en Charlotte este otoño.

“Estoy a un paso de cumplir mi sueño de seguir estudiando y estoy más que agradecida por esta oportunidad de cumplir mis sueños”, dice Astrid.

Una vez graduada, Astrid planea regresar a la escuela con el propósito de traducir o brindar apoyo a los estudiantes latinos que no tienen las mismas oportunidades que el resto. Su plan incluye proporcionar apoyo emocional y mental para esos estudiantes que se sienten desanimados.

“Después de graduarme me gustaría regresar a la escuela y hacer algo que pueda ayudar a la comunidad latina. Sé lo difícil que es no tener el apoyo o las mismas oportunidades en Estados Unidos por ser latino, por eso quiero hacer algo que pueda ayudar a los estudiantes a seguir estudiando”, finaliza Astrid.

Estudiante universitaria en camino a convertirse en enfermera neonatal. Disfruta de su trabajo como reportera de La Noticia. Celebra su cultura mexicana en cada oportunidad posible. Le encanta ayudar e...