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Greensboro - Cuando Dulce Ortiz emigró de México hace más de 15 años, lo hizo para darle una mejor vida a su hijo Saúl, de cuatro años, y en la búsqueda del “sueño americano”.

Huía de la pobreza que vivía en México y al mismo tiempo buscaba ayuda médica y mejor calidad de vida para mi hijo”, contó Dulce a La Noticia.

Dulce tuvo que atravesar un sinnúmero de barreras al no hablar el idioma, ni saber navegar el sistema de salud, ni el escolar.

Fue muy difícil para mi darme cuenta que incluso reportar un crimen en ese tiempo a la policía era imposible, si no sabía el idioma. Así que me formé la meta de aprender inglés y ayudar a las personas que lo necesitaban”, dijo.

Dulce hoy tiene un lindo hogar conformado por su esposo Víctor Ortiz, su hijo Saúl, de 18 años, otro hijo de 11 años y una niña de 10 años.

Trabajo de corazón

Actualmente trabaja como asistente administrativa y coordinadora latina de alcance y educación, de la organización Faith Action International House en Greensboro, donde se ha distinguido como una líder amorosa, al ayudar a los nuevos inmigrantes a navegar en los sistemas y poderse integrar en la comunidad de la Triada.

Ella es una persona que ayuda diariamente a muchas personas, pero no solo por trabajo, lo hace de corazón, para ella es una misión personal”, comentó la líder comunitaria, Addy Jeffrey, e integrante del grupo Latino Community Coalition of Guilford County.

Lucha por la educación

Dulce como madre de tres hijos, ha sido muy activa en las escuelas locales, en las iglesias, y en los Boy/Girl Scouts. Hace parte del Comité Asesor Latino de la Escuelas del Condado Guiford, y es parte del Equipo de Transición de la Superintendente. Además es miembro de los grupos: Let´s Learn Triad y Adelante Coalición para la Educación, que luchan para que en Carolina del Norte haya una ley de educación equitativa para los estudiantes indocumentados.

Lucho al lado de jóvenes soñadores para que puedan recibir la matrícula universitaria como estudiantes del estado, y para que nuestra ciudad y las escuelas del condado reconozcan la importancia de nuestra diversidad para que nos den un trato equitativo”, señaló Ortiz.

Su hijo Saúl es ahora un joven soñador quien se graduó con honores en la secundaria y que asiste a un instituto universitario gracias a una beca nacional.

Mi hijo se ha unido a la lucha para buscar la igualdad en la educación para todos, y en la lucha para abogar por soñadores como él”, anotó la líder comunitaria.

Para lograr muchas cosas en mi vida, tengo como principio de éxito avanzar, pero siempre ayudando a los demás, no olvidarme de donde vengo, y tampoco hacia donde voy”, concluyó la mexicana.

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