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En una conferencia sobre el consumo de drogas en Miami, el  histórico boxeador, Mike Tyson, confesó que “murió” en su primer viaje psicodélico.

“Yo 'morí' durante mi primer viaje", dijo el campeón de 55 años.

“En mis viajes he visto que la muerte es hermosa. Tanto la vida como la muerte tienen que ser bellas, pero la muerte tiene mala reputación. El sapo me ha enseñado que no voy a estar aquí para siempre. Hay una fecha de vencimiento”, agregó.

El sapo bufo Alvarius es un anfibio oriundo del estado de Sonora, en México, que segrega un veneno utilizado por chamanes para tener un breve viaje psicoactivo.

Tyson lo descubrió hace cuatro años. En ese momento, tenía 45 kilos de sobrepeso, bebía y se drogaba. Estaba lento e infeliz. Uno de sus amigos sugirió que probara con veneno de sapo, y al atleta le encantó.

"Lo hice como un desafío", recuerda Tyson. “Estaba consumiendo drogas pesadas como la cocaína, así que ¿por qué no? Es otra dimensión. Antes de consumir el sapo era un desastre. El oponente más duro al que me he enfrentado era yo mismo. Tenía baja autoestima. Las personas con grandes egos suelen tener baja autoestima. Usamos nuestro ego para subsidiar eso. El sapo despoja al ego”.

Mike reveló que desde su primera experiencia con el bufo Alvarius, lo ha consumido en 53 ocasiones, a veces tres veces en un mismo día. Desde que consume el sapo ha bajado 100 libras, retomó el boxeo y mejoró su relación con su esposa e hijos.

Incluso se ha vuelto un embajador de los psicodélicos en el país.

“Me ha hecho más creativo y me ayuda a concentrarme. Estoy más presente como empresario y emprendedor”, reconoció.

Egresado de la carrera de Comunicación y Periodismo en la Facultad de Estudios Superiores Aragón, UNAM. amendoza@lanoticia.com