Translate with AI to

 

Múltiples factores se conjugaron durante las últimas dos décadas para dar paso a un floreciente populismo en Latinoamérica, y lamentablemente las consecuencias no se hicieron esperar. Tal es el caso de Venezuela, el país con la mayor reserva petrolera del mundo y epicentro de una de las crisis económicas y humanitarias más grandes de la región.

El desempleo galopante, las largas filas para adquirir insumos básicos, la delincuencia, las protestas y la represión forman parte del día a día de Venezuela, pero ¿cómo llegaron a este punto? Veamos una cadena de decisiones irresponsables que terminaron en desastre.

La implementación de despiadadas políticas neoliberales, junto con la corrupción interna, dieron paso a un gobierno populista que prometió erradicar la pobreza. Así llega al poder Hugo Chávez (y luego Nicolás Maduro), con su llamado “socialismo del siglo XXI”.

No existe una fórmula rápida para eliminar la pobreza, lamentablemente esto toma mucho tiempo, adicionalmente si un gobierno trabaja en ayudar a que crezca la economía en su conjunto, los grandes empresarios se beneficiarían primero, luego la clase media y finalmente los pobres. Chávez quiso saltar este proceso.

Motivado por una bonanza en el precio del petróleo (que sería temporal), el gobierno empezó a repartir subsidios, bonos y beneficios sociales a las clases marginadas, como una forma de llevar rápida y directamente la riqueza a los pobres, y ganar respaldo popular, el problema fue que el gobierno gastó más de lo que recaudaba.

Para seguir con estos bonos, se mandó a imprimir más billetes (Bolívares), además se aumentaron los impuestos a las empresas, haciendo que algunos productos suban de precio.

Con abundante dinero circulando por las calles (carente de respaldo real), la moneda empezó a perder su valor y por tanto los precios empezaron a subir aún más, generando inflación. Para controlar esto el gobierno establece la fijación de precios de una amplia gama de productos, y con ello crearía un nuevo problema: Debido a que se continuó depreciando el Bolívar, el precio fijado por el gobierno no cubría los costos de las empresas para elaborar sus productos.

Paulatinamente las empresas comenzaron a reducir personal o a cerrar por completo, generando mayor desempleo. Sin una producción nacional sólida, las vitrinas de las tiendas y supermercados empezaron a vaciarse, dando paso al desabastecimiento.

Muchos consumidores entraron en pánico y comenzaron a acaparar productos. El gobierno buscó solucionar este problema con un sistema de racionamiento, fijando cuotas máximas de compras para las familias y empresas, creando otro problema: un extendido mercado negro.

El gobierno sospechó que algunas empresas vendían sus productos al mercado negro e inicio una serie de expropiaciones, debilitando aún más al aparato productivo y generando una enorme inestabilidad económica, lo que a su vez incitó a muchas personas y empresas a sacar su dinero del país.

El gobierno intentó mantener a flote un aparato productivo en ruinas y seguir pagando por los subsidios y bonos de los que depende una enorme multitud de desempleados, para ello buscó endeudarse con acreedores internacionales a tasas de interés exageradamente elevadas, poniendo en riesgo el futuro del país.

Lo que le está pasando a Venezuela no es producto de conspiraciones, ni intentos golpistas organizados por otros países, es el fruto de la irresponsabilidad de un gobierno que intentó soluciones superficiales y rápidas a complejos problemas, y que tiene la cruel obstinación de no dar marcha atrás, pese al sufrimiento de su pueblo.

Periodista, editor, asesor, y presentador. De 2016 a 2019 el periodista más galardonado en Estados Unidos por los Premios José Martí. Autor del best seller: ¿Cómo leer a las personas? dbarahona@lanoticia.com

One reply on “¿Cómo quebrar la economía de un país próspero? El populismo en Venezuela”