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Estamos a las puertas de una decisión que afectará el rumbo legal y político del país por las próximas décadas: La selección de un nuevo magistrado para la Corte Suprema de Justicia.

El juez Anthony Kennedy, de 81 años, anunció que dejará el puesto después de más de 30 años en el máximo tribunal del país, esto le dará la oportunidad al presidente Donald Trump de nominar a un juez de corte conservador, inclinando así la balanza de la justicia en esa dirección.

Hasta ahora la Corte Suprema ha estado dividida entre cuatro jueces liberales quienes fueron nominados por presidentes demócratas, cuatro jueces conservadores, nominados por administraciones republicanas, y Kennedy, quien debido a sus posturas moderadas, ha sido considerado el voto decisivo en muchos de casos de alto perfil como: el aborto, la acción afirmativa para garantizar la igualdad de oportunidades, los derechos de los homosexuales, la tenencia de armas, el financiamiento de campañas políticas, y los derechos de los votantes.

La Corte se compone de un presidente o “Chief Justice” y ocho jueces asociados o “Associate Justices”, quienes son nombrados por la Casa Blanca y confirmados en el Senado. Los jueces nombrados para el tribunal sirven de por vida y sólo pueden ser destituidos por el Congreso mediante un proceso de impugnación o “impeachment”.

Existen altas probabilidades de que el juez que reemplazará a Kennedy sea posesionado en este otoño, pues los republicanos cuentan con una mayoría estable en el Senado.
Analistas piensan que los otros dos jueces de mayor edad, Ruth Bader Ginsburg de 85 años, y Stephen Breyer de 79, ambos de corte liberal, tratarán de no retirarse durante el gobierno de Trump.

Justo antes del anuncio del retiro de Kennedy, en esta última sesión de la Corte Suprema, ya se pudo tener una idea de cómo funcionaría este organismo con un corte conservador.

La Corte Suprema de justicia rechazó el 25 de junio la decisión de un tribunal inferior, que aseguraba que los legisladores republicanos en Carolina del Norte trazaron los límites de distritos legislativos para garantizar victorias electorales disparejas a favor de su partido.

El 26 de junio el máximo tribunal confirmó la prohibición del presidente Trump de que ingresen a Estados Unidos personas de varios países de mayoría musulmana, rechazando así la impugnación de que se discriminaba a las personas de esa religión o que el presidente excedía su autoridad.

La Corte igualmente aplicó el 27 de junio un demoledor golpe a los sindicatos del sector público, estableciendo que los trabajadores de la administración no tienen la obligación de pagar cuotas, si no desean adherirse a algún gremio.

La nominación de Kennedy, en 1987, fue inusualmente bipartidista. Fue propuesto por el presidente republicano Ronald Reagan, y logró un fuerte voto favorable de un Senado controlado por demócratas, quienes meses antes habían negado la primera opción de Reagan: Robert Bork.

Hoy el país se encuentra profundamente dividido, esperamos no pecar de optimistas y soñar que, así como el proceso de nombramiento de Kennedy fue bipartidista, se nombre a un juez o jueza que no tenga una marcada tendencia política, sino un fiel apego a respetar la Constitución.

Periodista, editor, asesor, y presentador. De 2016 a 2019 el periodista más galardonado en Estados Unidos por los Premios José Martí. Autor del best seller: ¿Cómo leer a las personas? dbarahona@lanoticia.com