La iniciativa Palmetto Luna Arts, de la organización One Columbia for Arts & History, de Carolina del Sur, anunció a los ganadores del VI Concurso Anual Latino de Poesía.
El concurso recibió un total de 163 poemas de 21 ciudades en todo el estado. El jurado seleccionó tres ganadores para el concurso, así como una mención de honor. Los jueces también seleccionaron a 18 personas para ser incluidas en el próximo lanzamiento de la “Antología de los poetas latinos de Carolina del Sur”. Esta obra se publicará en el otoño del 2018 e incluye a los ganadores del concurso y una selección de poemas notables.
El certamen fue organizado por Palmetto Luna Arts y apoyado por la SC Arts Commission, The National Endowment for the Arts, y el John y Susan Bennett Memorial Arts Fund de la Coastal Community Foundation of SC.
Los ganadores
Los trabajos ganadores del Concurso Latino de Poesía de Carolina del Sur 2018 son:
- Primer lugar: Pana Luya por Elena Castro.
- Segundo lugar: Arbol Seré por Andi Arias.
- Tercer lugar: Retablo por Vera Gómez.
- Mención de honor: Blues de serpiente de cascabel, por Juan David Cruz Duarte.
Pana Luya (traducción)
Elena Castro
Cultivamos maíz amarillo. Lo desgranamos
a los pollos y a los niños por igual.
Ambos cloquean al sonido de la comida,
caras que miran hacia arriba, prediciendo con la boca
como un meteorólogo sobre el regreso de la tormenta.
Las manos de los niños están preparadas con cubetas
para recoger lo que los animales no coman.
A cada grano se lo mantiene cerca, atesorado entre
los dedos, y en el suelo el maíz fino como la tierra.
Cultivamos mangos amarillentos. Los árboles
encierran cada parte de esta tierra, prediciendo
los frutos que los inundarán. Mi esposa dice
que los pollos saben como estas lluvias.
Sus manos, empujando como piedra de moler, suavizan
la carne. Las gallinas son tan dependientes del amarillo
cenarán cualquier cosa que tenga ese color
nunca han probando la diferencia entre el maíz
y los mangos, cuando el vegetal se convierte en fruta.
Cualquiera de los sabores los sostiene. No reconocemos
cuando los pollos tienen el sabor de sus hábitos,
solo cómo las aves se sienten deslizándose
en nuestras gargantas. Cómo los adobos de mango
y achiote mancharán nuestros dientes.
Cultivamos niños amarillentos. Ellos regresan
temprano en la mañana al gallinero, deslizando sus sucias
manos a lo largo de los tendederos que se extienden
entre nuestra casa y la de ellos. Sus pies son
curvos y familiares con la forma en que las gallinas
vagan, juntan guano de pollo y se alimentan.
Dentro del gallinero, calentado por el parpadeo
de bombillas de cobre, inclinan sus cabezas,
retraerán los hombros y picotearán la tierra,
esperando la señal de la tormenta.
Imitando como hermanos, innatamente.
Arbol Seré
Andi Arias
Soñé con raíces
levantadas en mis dedos
alimentando mi cuerpo
inerte e hinchado
Vi árboles crecer
justo en medio de mis cuencas
soltando sus hojas
en donde estaban mis ojos
Soñé que había tierra
húmeda, casi negra
sellando mi boca y todos mis pliegues
Crecía una planta
Florecía una vida
Vomitaba colores
Soñé con raíces
quizás no era eso
tal vez era sed, carencia de vértigo
Pero
tuve miedo.